miércoles, 28 de mayo de 2008

Wraps de invierno


Creo que hoy realmente comenzó el invierno. Se adelantó de nuevo. ¡Qué frío! Con mi compadre fuimos al supermercado y casi nos helamos de camino al auto con el carrito. Definitivamente a llegado la hora de hacer el cambiazo en mi closet por la ropa de invierno, llevo semanas anunciándolo, mi santa y mi compadre ya no saben que hacer. Pero tranquilidad, la cosa caerá por su propio peso, ya me aburrí de que mi compadre me ponga su parka, que me queda grande, y mi santa me chante cada vez que salgo de su casa la chaqueta austriaca que se compró cuando estuvo por esos lares en los años 80. Amén de los sermones y demases.
La cosa es que con esto del frío y tanto ver comida, llegamos del súper bien hambrientos. Mi compadre se fue de hacha a la cocina, se ató delantal y se puso manos a la obra para hacer unos ricos y suculentos wraps de invierno. Según me cuenta, procedió de la siguiente manera:
1. Primero hizo el acompañamiento de verduras a base de 1/2 cebolla y 1/2 zapallito picados finos. Eso se echa en el wok con un poco de aceite de maravilla y se aliña con sal, ají de color, jengibre y una cucharada de soya. Se revuelve de vez en cuando y se deja hacer. Al final, se añade 1/2 taza de salsa de tomate, un poco de sésamo y se reserva aparte tapado en el microondas.
2. En el mismo wok, según mi compadre para no gastar agua y salvar el planeta, se vierte un chorrito de aceite de oliva, 2 filetes de lomo picados en cubitos y se aderezan con sal y comino. Cuando ya están en su término medio se apaga y se les echa 1/2 taza de yogurt natural y se reserva aparte tapado en el microondas.
3. Para terminar se tira lo que quede en el wok, se seca con una toalla nova y se calientan los wraps uno a uno, previo paso por el tostador, que es donde mi compadre les hace el precalentamiento. Para que no se enfríen, se pueden ir tapando con un pañito.
Paralelo a los pasos 1, 2 y 3, si se tiene pinche, sino hay que fregarse y hacerlo antes, éste puede ir picando lechuga, rúcula y rallando queso para acompañar el relleno.
Una vez todo dispuesto, se va disparado a la mesa, porque todo se enfría muy rápido.
Ahora que me doy cuenta, estaba tan concentrada comiendo y limpiándome la barbilla que se me olvidó sacar una foto con los wraps hechos, pero bueno es fácil de imaginar, es poner un poco de todo a gusto y enrollar. Nunca quedan muy bien, siempre cae algo.
Ah! y para acompañar una rica cerve es ideal. Decidí que esto de ir al supermercado merecía un premio especial, y mi compadre escogió la mejor cerveza del mundo (eso lo dice él): la belga Agustijin. ¡Salud!

Sopa a la atacameña

Esta es la foto de mi almuerzo a solas conmigo misma de hoy. No es que me guste almorzar sola, pero en esta etapa de búsqueda de trabajo suelo estar mucho en casa y bueno, como mi compadre afortunadamente sí que trabaja, pues muchas veces termino en compañía conmigo misma.  Aunque hemos de reconocer que muchas veces a última hora, me baja un no-sé-qué y salgo en estampida a la casa de mi santa madre.
A mi santa no le importa que yo llegue de improviso, dice que para eso soy la única hija y siempre tiene algo para darme, además de la comida, claro. Es como ir al mall, siempre me llevo una bolsa con cosas: ropa que ella dice que ya no se pone, velas, clavitos que necesito, así no paso a la ferretería, e incluso alguna frutita para que no pase al supermercado.
Hoy en cambio decidí quedarme aquí, muchas cosas por hacer. Aproveché la sopa de la comida de ayer y únicamente me hice un huevo a la copa, para rellenar, ah! y una tostada de pan para acompañar. (No sé por qué mientras describo todo esto me siento un tanto glotona, y por eso que el postre, como no se ve, aquí no lo pienso poner).
La verdad tampoco habían muchas opciones, la ida al súper urgía. De hecho la sopa fue el último suspiro del refri. Me inspiré recordando un viaje a San Padro de Atacama, con eso de que mejor no comer carne por el apunamiento, en todos los sitios siempre tenían sopa de verduras, pero sin pasar por la miniprimer, simplemente la verdura picada. 
La hice de la siguiente manera:
1. Piqué en tiras finas o en juliana: media cebolla, medio zapallito, un tomate, una zanahoria grande, 1/4 de pimiento verde y lo eché todo a una olla grande junto con un par de hojas de laurel.
2. Rehogué todo con un poco de aceite de maravilla y revolví mientras aliñaba para que se dore un poco todo y coja sabor. Los aliños que usé, fueron: merkén, pimiento,  jengibre en polvo, sal y pimienta.
3. Luego le eché unos cuantos vasos de agua caliente, unos 5 o así. Los suficientes para que no queden las verduras ni muy flotantes a la deriva, ni muy enjutas.
4. Creo que hasta todo estuvo listo, fueron unos 30 min. La verdad, que aún con todo hemos de reconocer que algo aguachirri estaba, así que con el asesoramiento de mi compadre le echamos una generosa cucharada de tomate envasado, uno italiano exquisito que parece natural la revolvimos unos minutos y a la mesa.
5. Pero no sin un toque final: en unos pocillos aparte, pusimos cilantro picado y alga picada (de la misma que se usa para los sushi), para ponerle a gusto de cada uno.

Aunque mi compadre se tomó dos platos, obviamente no fue nuestra única comida. Le antecedieron unos wraps. Pero esa es otra larga receta que hoy hemos mejorado y que voy a escribir a continuación.


jueves, 22 de mayo de 2008

Sopa de alcachofa con corazón relleno



Hoy aprovechando mi ánimo culinario y dado que no estoy trabajando, osea tengo tiempo, que tengo que aprovechar antes de que se me acabe la libertad, porque los santos de mi madre son muy eficaces, me aventuré a hacer una sopa con 4 alcachofas que había comprado en el Montsefrut de camino a casa.
Como nunca había hecho ni probado la sopa de alcachofas, primero busqué por internet a ver que había. Leyendo por aquí, por allá, de pasada aprendí los beneficios de la Cynara scolymus, como su efecto diurético y que incluso Pablo Neruda le escribió una oda.

Finalmente, partiendo desde una receta como base y siguiendo con mi inventiva y lo que había, hice lo siguiente:
1. Cocí 4 alcahofas en agua con sal hasta que probé una hoja que estaba blanda.
2. En el vaso de la miniprimer rasqué con un cuchillo la carne de cada hoja y reservé aparte los corazones. Esta parte puede ser dura, pero se puede aprovechar para reflexionar y hacer introspección personal. 
Otra alternativa es ahorrarse los pasos 1 y 2 y comprar corazones de alcachofa en conserva.
3. En una olla con un poco de aceite dorar media cebolla picada con sal y pimienta.
4. Pasar la cebolla junto con la carne de alcachofa por la miniprimer e ir añadiendo leche hasta que tenga la consistencia deseada.
5. Previo paso por el colador (o un chino) echar a la olla toda mezcla y calentar con un poco de mantequilla, nuez moscada y un chorro de vino blanco.
6. Antes de servir trocear un corazón de alcachofa en cada plato a modo de tropezones.

Con los dos corazones restantes se puede hacer lo siguiente:
1. Cocer 2 huevos, hasta que queden duros.
2. Molerlos y mezclarlos con salsa de tomate (aquí usamos una muy rica del supermercado en botella).
3. Rellenar los corazones con este molidillo.

Se puede poner en el centro del plato sopero o aparte, que es lo que hicimos nosotros. Un vinito blanco es ideal para acompañar.